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Ciclo económico (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Analizando la ganadería, factor clave en el
crecimiento económico del Uruguay de la época (y
que en buena parte se mantiene hasta hoy), el período de
expansión mundial iniciado en 1895 y que se extiende hasta
el fin de la Primera Guerra Mundial, significó una mayor
demanda y un aumento de los precios de los productos exportables:
ganado en pie, carnes y cueros. En 1905 se instala el primer
frigorífico con un fuerte retraso con respecto a
Argentina, donde la sustitución de los saladeros por los
frigoríficos se produjo a partir de 1890 debido a la
preferencia del capital extranjero por la mejor calidad de las
carnes del vecino país aunado a un mayor rebaño de
ovejas. Esta primera planta frigorífica en Uruguay
comenzó a operar en forma muy lenta pero fue el inicio de
la sustitución de las exportaciones de ganado en pie y
tasajo por carne congelada, producto de mayor precio y dinamismo.
Se produjo un aumento de la producción ganadera
acompañado de un incremento de la productividad en carne
por cabeza de ganado, debido al avance del mestizaje. El aumento
de los beneficios condujo al incremento de la inversión,
recorriendo la trayectoria de crecimiento las fases
características de la sociedad capitalista que
describiéramos en el primer capítulo de esta
sección.

La agricultura tuvo un crecimiento importante entre 1890
y 1913, pero su escaso volumen inicial y sus
características hicieron que su incidencia en el
crecimiento del país fuera escasa.

En cuanto a la industria, nuevamente se demostró
en este período su dependencia de los vaivenes del sector
agropecuario: la depresión posterior a la crisis de 1890
al retraer el consumo afectó el mercado interno,
estancándose la actividad industria y reduciéndose
las importaciones. La crisis incidió en forma diferente en
las distintas ramas industriales, según fueran
exportadoras o dirigidas al mercado interno, con materia prima
nacional o importada. Pero el balance total fue
negativo.

En este tramo del período analizado, se mantuvo
el patrón oro y creció la actividad financiera por
la expansión de la primera década del siglo, con
predominio extranjero (en especial británico) en la
banca.

El crecimiento de la primera década del siglo
muestra continuidad en el modelo agroexportador aunque con un
creciente peso de la economía urbana, una estructura
productiva y social más diversificada, un incremento de la
importancia de los servicios del Estado, una dinámica
inversión productiva y un bajo crecimiento de la
productividad .

Estos dos últimos factores, que aumentaron la
composición orgánica del capital sin una fuerte
contrapartida en la disminución de costos laborales y
agravado desde el punto de vista de la rentabilidad por el
aumento de los salarios reales, contribuirán a la
depresión que se desencadena en 1913 a partir de la crisis
financiera internacional y la concomitante disminución de
la demanda de productos primarios en los mercados europeos. La
caída de los precios implicó una brusca
disminución de la riqueza generada por el sector ganadero,
que alcanzó casi el 50% entre 1913 y 1916. El volumen de
las exportaciones, pilar del modelo agroexportador, se
estancó durante los años de la primera guerra
mundial aunque los precios internacionales subieron durante el
conflicto. Recién en 1925 la ganadería podrá
superar los niveles que tenía antes de la
crisis.

La ganadería tuvo un crecimiento lento y menor
que el resto de los sectores de la economía, lo mismo
ocurrió con el volumen de sus exportaciones. La
aplicación creciente de un nuevo modelo tecnológico
en la agropecuaria de los países desarrollados y el
aumento del proteccionismo aplicado por estos, condujo a la
sobreproducción y a la baja de los precios. El
período de posguerra, y especialmente desde 1922, registra
una fuerte caída de los precios de los productos primarios
que sólo pudo ser compensado con una mayor
extracción de ganado. Pero esto tenía un
límite, ya que la tasa de procreo y crecimiento de los
animales, depende de las posibilidades de alimentación de
la pradera natural. Por un lado ya no había nuevas
tierras, como ocurría en Argentina, para ampliar la
dotación de pradera existente. Por otro a las deficiencias
en la alimentación por falta de forrajes se agregó
la lentitud en la implementación de medidas sanitarias y
de mejoras técnicas en el manejo del ganado.El
estancamiento ganadero también disminuyó su peso en
la generación de riqueza del país, pasando de un
55% del PBI en 1900 a un 33% en 1930.

Síntesis
de la Sección

En el sistema económico en que vivimos, sistema
capitalista que emergiera desde la época feudal y se
consolidara en su fase industrial a partir del siglo XVII, la
producción de bienes y servicios creciente en el largo
plazo es motivada por la búsqueda de beneficio de los
empresarios, quienes producen mercaderías a partir de
otras mercaderías (materias primas, maquinarias y fuerza
de trabajo) que luego comercializan.

El sistema se estructura sobre la base de una clase
trabajadora mayoritaria que vende su fuerza de trabajo, a cambio
de un salario, a un pequeño grupo de la sociedad
propietario de los medios para producir. Este pequeño
grupo se apropia bajo la forma de beneficio o utilidades del
excedente generado por el trabajo de aquellos a quienes contrata,
dicho excedente es la diferencia entre el valor de lo que el
trabajador produce y el salario que se le paga.

Sin embargo los excedentes generados en la
producción manejada por el empresario individual no son
para su único provecho: debe compartir buena parte del
excedente con aquellos que le facilitan o posibilitan la
realización del proceso de producción, su posterior
comercialización y la retención de parte de los
excedentes resultantes. El excedente se reparte con otros
empresarios locales o extranjeros (de los sectores financieros y
comerciales) y se consume socialmente (para el mantenimiento y
reproducción del orden social) y personalmente (con
proporciones variables de productos suntuarios.) El consumo
personal agregado de una economía se completa con el que
realizan los trabajadores, a partir de sus salarios, para
subsistir.

A su vez los beneficios que obtiene el empresario
están enmarcados por dos límites: por un lado el
que impone la competencia entre las empresas (nacionales e
internacionales según el grado de apertura de la
economía) que tienden a disminuir los precios de venta
reales (exceptuadas momentáneas situaciones de monopolio o
de algún grado de poder de mercado que todo empresario
busca), por el otro el que dicta que hay un mínimo salario
a pagar a los trabajadores, básicamente dado por la
necesidad de su mantenimiento y reproducción con las
cualificaciones y capacidades que las técnicas de
producción en uso demandan y con los usos y costumbres que
una sociedad dada en un momento histórico determinado
tiene.

El crecimiento económico surge de la
aplicación de los beneficios obtenidos a nuevas
inversiones en compra de maquinarias, materias primas y fuerza de
trabajo, repitiendo en forma incrementada el proceso de
producción o incursionando en otros sectores que aparecen
como más rentables en ese momento. De aquí se
deducen dos condiciones necesarias para el crecimiento
económico y positivamente correlacionadas con él:
la existencia de excedentes en la economía y de sectores
en donde invertir. En otras palabras rentabilidad y oportunidades
de inversión productiva.

El modelo matemático básico formaliza este
análisis y de él se extrae como conclusión
que la tasa de crecimiento es directamente proporcional a la tasa
de beneficio, multiplicada por la fracción de excedentes
que no es consumida (social o personalmente) sobre los excedentes
totales. El modelo permite también encontrar expresiones
para las distintas variables y sus tasas de variaciones: producto
bruto, capital constante, mano de obra empleada.

La intención del empresario de aumentar sus
beneficios a través de la disminución de sus costos
y la necesidad de batir a sus competidores, hace que
continuamente mejore sus técnicas de producción y
adopte nuevas tecnologías y sistemas de gestión. En
ese sentido desde los orígenes del sistema, la
división de tareas y la especialización, tanto en
el ámbito interno de la empresa como en el ámbito
externo en el sector industrial y en la economía nacional
y aún en la inserción internacional, han sido una
fuente importante de ganancia de productividad laboral y
disminución de costos. Pero fundamentalmente la
mecanización de los procesos productivos, que implica la
sustitución de capital variable (mano de obra actual) por
capital constante (mano de obra pre-datada), es el mecanismo por
el cual el empresario busca abaratar sus costos.

El sostenido crecimiento de la ganadería,
actividad productiva fundamental, ocurrió luego de la
liquidación de la economía pre capitalista
(vigencia de los derechos de propiedad en el campo,
implantación del alambrado, expulsión del gauchaje
y asentamiento de la mano de obra asalariada) y se debió a
la coincidencia de dos conjuntos de factores:

  • en lo interno, las condiciones naturales (suelo,
    clima), la reducida población y las bajas exigencias
    en materia de capital y de nivel tecnológico, ambos
    factores escasos en Uruguay, determinaron que el sector
    ganadero extensivo pudiera producir en condiciones de
    competencia con el exterior.

  • en lo externo, el desarrollo de la navegación
    transatlántica, la mejora de los métodos de
    conservación de la carne por el desarrollo de la
    refrigeración y el aumento de los niveles de consumo
    de la población europea resultado de la
    expansión económica.

Entre 1875 y 1929 se generó un importante volumen
de excedentes, cuya apropiación se repartió entre
el capital extranjero y el nacional: entre estos últimos
los grandes propietarios rurales y los comerciantes
montevideanos, con una porción menor para el Estado para
su rol de mantenimiento y reproducción del orden social.
La clase capitalista rural reinvirtió en el mismo sector
agropecuario buena parte de sus excedentes, lo cual fue
complementado por inversiones extranjeras (principalmente
británicas) dirigidas a aprovechar y facilitar la
exportación de productos pecuarios, posibilitando el
transporte de la producción primaria desde el interior
para su comercialización hacia el exterior.

La reinversión de los beneficios generó un
período de rápido crecimiento, que llevó a
Uruguay a niveles de ingresos per cápita similares a los
de los países industrializados, tal como lo predice la
teoría clásica y como fuera explicado en los
capítulos previos de esta sección. Se cumplieron
entonces las dos condiciones para el crecimiento en una
economía capitalista; la existencia de beneficios y las
posibilidades de inversión, todo ello soportado por el
Estado ligado a los intereses de los dos grupos poderosos en el
ámbito nacional. El crecimiento de la ganadería
facilitó en el período analizado un incipiente
desarrollo industrial y de algunos sectores agrícolas, que
reforzaron el crecimiento económico general, pero que
fueron en última instancia fuertemente dependiente de
ella.

La
dinámica de la acumulación de
capital

Introducción

El dinámico proceso capitalista se caracteriza
por la búsqueda de beneficios de sus actores dominantes:
los empresarios. Los primeros economistas clásicos
pensaban que esto era suficiente para que el crecimiento
económico fuera continuo y generara riquezas para todos
sus participantes.

Este crecimiento en el largo plazo ha sido el resultado
de períodos de fuerte aumento de la producción de
bienes alternándose con períodos de importante
decrecimiento, períodos estos últimos que
denominamos crisis o depresiones.

Las crisis son fases claves del ascendente y oscilante
espiral de generación de riquezas: las fuerzas que
provocan el crecimiento también crean las condiciones
necesarias para las crisis. Y de las mismas depresiones surgen
los remedios que permiten retomar el crecimiento. Las crisis
generales son consecuencias de la acumulación del capital
y como son intrínsecas al sistema capitalista, no pueden
ser explicadas (o evitadas) por circunstancias históricas
particulares tales como regímenes regulatorios, sistemas
de innovación o un comportamiento competitivo especial.
Pero las crisis no han resultado hasta el presente en una ruptura
final del sistema: el capitalismo puede recobrarse y así
lo ha hecho en cada ocasión.

La búsqueda de menores costos totales lleva al
empresario a cambiar la técnica de producción
invirtiendo en maquinaria. Esta inversión por una parte
reduce la mano de obra necesaria para obtener el producto
final.

Si el empresario es el pionero en adoptar la nueva
técnica de producción obtendrá beneficios
extras mientras el precio de venta se mantenga. Pero el precio de
venta del producto cae al generalizarse la técnica y
disminuir los costos de todos los productores, con lo que el
margen disminuye para todos, incluso con respecto a la
situación original. El empresario encuentra que luego de
un lapso de ganancias extraordinarias, los beneficios retroceden
pero ahora con un mayor capital adelantado.

En estas condiciones, la intensificación en el
uso de maquinarias permite un aumento de la productividad que
aumenta los beneficios en valor absoluto y la tasa de beneficio.
Este beneficio incrementado al ser reinvertido amplía la
repetición del proceso de producción, utilizando en
esta etapa más mano de obra total aunque sea menor por
unidad producida.

Al paso del tiempo y al repetirse ampliándose el
circuito de producción, las ganancias continúan
aumentando pero a una velocidad cada vez menor con respecto al
capital que el empresario debe adelantar, las ganancias provienen
de los excedentes producidos por el trabajador que son mayores
con mayor productividad laboral, pero las mejoras de
productividad siguen una tasa decreciente: a mayor productividad
las mejoras en forma porcentual son menores.

Dado el descenso progresivo de la tasa de ganancia,
solamente un aumento también progresivo y superior de la
tasa de acumulación puede arrojar un aumento de la masa
total de ganancias. Pero tan pronto como la tasa de
acumulación deja de aumentar a los ritmos requeridos, se
reduce sustancialmente la masa de excedentes disponible. Y en la
medida que la tasa de beneficio se reduce cada vez es menos
conveniente reinvertir en la producción: llega un momento
en que dadas las pocas posibilidades de obtener un retorno para
la inversión el dinero se retiene en colocaciones
bancarias o crece la inversión financiera especulativa que
es ahora más rentable o se envía el capital al
exterior en busca de mayor rentabilidad o seguridad, por lo que
desaparece la inversión productiva. El empresario comienza
a producir menos y por tanto contrata menos mano de obra y compra
menos materia prima. Pero además no actualiza sus
técnicas de producción, no invirtiendo en
maquinarias: es la tasa de beneficio la que regula la demanda de
inversión y por lo tanto la demanda total. Pero esto
también implica una reducción de la cantidad de
excedente que se crea y por tanto ya no de la tasa de beneficio
sino del beneficio mismo, ahora son las ganancias y no su monto
relativo al capital adelantado las que se reducen.

La disminución de la demanda, la de
inversión y la de consumo, provoca la pérdida de
rentabilidad de otras empresas que no estaban inicialmente
afectadas por la crisis, se produce una caída de los
precios y de los volúmenes comercializados que disminuye
los beneficios de estas industrias y aumentan la gravedad de la
crisis. Adicionalmente el sistema de créditos es minado
por la alta exposición al riesgo que se produce,
contrayéndose y amplificando la crisis. El sistema
monetario estalla incrementando el caos económico y
social.

Consecuencias de las crisis y
recuperación

Las crisis son un importante método de ajuste de
desequilibrios propios de un sistema que, al estar basado en la
búsqueda de las ganancias individuales, se caracteriza por
la descoordinación de la producción de los
distintos bienes. La fase de crecimiento ha llevado a un exceso
de capital constante, en el que han invertido los empresarios
para reproducir y ampliar la producción y
comercialización de productos y para bajar costos para
competir, todo lo que implicó la disminución de la
tasa de beneficio de las empresas.

Los efectos (y la duración) de la crisis son
variados pero todos ellos restituyen rentabilidad a los negocios,
lo que conduce a un nuevo período de
crecimiento:

a) en el período de crisis los empresarios
no invierten, ya que no hay rentabilidad, ni aún para
reponer el desgaste de las maquinarias utilizadas. Al pasar el
tiempo disminuye el capital constante debido a la
depreciación y mejora la rentabilidad, dando lugar a la
posibilidad de nueva inversión. Pero además el
capital fijo en términos físicos se ha desgastado
con lo que se hace necesaria su reposición. La nueva
demanda de inversión provoca la suba de la tasa de
rentabilidad en otros sectores industriales.

b) quiebran los empresarios menos competitivos,
sea porque sus técnicas o sus escalas de producción
implican mayores costos que la competencia, sea porque su
capacidad financiera es débil y la retracción de
ventas, baja de precios y dificultad de financiamiento se
potencian negativamente. Las quiebras provocan la
destrucción y venta de capital constante. La
desaparición de estos empresarios deja cuota de mercado
para los que continúan, que ven aumentada su escala y como
consecuencia, su rentabilidad. Si su escala es aumentada en forma
importante, deberán invertir en nuevo capital constante
(maquinaria y materias primas) para satisfacer la demanda, lo que
también impulsará la economía.

c) disminuye el salario real, producto del
aumento de la desocupación y de políticas
específicas de los gobiernos. La rentabilidad aumenta al
disminuir los costos de mano de obra, aún cuando los
precios de los productos hayan disminuido.

d) el marco institucional cambia: por un lado el
Estado (dominado por el capital, que según el país
y la época varían los sectores dominantes dentro
del mismo ya sea el capital industrial, comercial y/o financiero,
nacional y/o extranjero) invocando la gravedad de la
situación toma medidas de emergencia que se traducen en un
aumento de rentabilidad de las empresas, ya sea catalizando la
baja del salario real ya comentada, ya sea transfiriendo recursos
por medio de incentivos, baja de impuesto, etc. a los
empresarios. Por otro lado los empresarios en sus estrategias y
aprendiendo sobre el pasado, cambian su forma de hacer negocios
hacia maneras más eficientes o cambian de ramas
industriales hacia las más prometedoras en la nueva
situación, etc.

e) nuevas técnicas de producción
surgen de las crisis, en la búsqueda de cambios que
mejoren la rentabilidad. Además técnicas de punta
que se venían desarrollando con anterioridad a la crisis
pero que no se habían incorporado a los procesos
productivos por los costos de conversión o por razones
institucionales, encuentran ahora su oportunidad al haberse
desgastado buena parte de las maquinarias existentes y al haber
cambiado el marco institucional.

En resumen, la tasa de ganancias es el hilo conductor de
la explicación del crecimiento y de la crisis. Pero la
tendencial caída de la tasa de beneficio no se desarrolla
en términos lineales y constantes: desciende gradualmente
en períodos de crecimiento, se hunde repentinamente con el
desencadenamiento de la crisis, se recupera sustancialmente una
vez que se completa la destrucción de capitales y la baja
del salario y se relanza el crecimiento. A partir de esta fase
del ciclo la tasa de beneficio reinicia su descenso
gradual.

Las crisis en la
historia del capitalismo

1760 y 1800:

  • Es la época en que los comerciantes comienzan
    a invertir en talleres donde el trabajo se ha dividido en
    distintas tareas.

  • Los trabajadores aumenta su productividad,
    incrementando fuertemente la generación de
    excedentes.

  • Se provee de la mano de obra que constituirá
    el nuevo proletariado.

  • La competencia entre las empresas existe pero no es
    intensa.

  • La industria textil específicamente la de
    algodón era la más hacendoso y emprendedor de
    la época.

1800 a 1848:

  • Comienza una intranquilidad social emanada en medio
    de miseria a la que fueron producidas las masas
    proletarias.

  • Europa se encontraba en crisis
    agrícola.

  • Inglaterra era la única nación donde
    se podía hablar de la crisis del sistema capitalista
    ya que , ese sistema era superior en la vida
    económica.

  • El declive de los salarios reales y el cambio del
    marco institucional y la ejecución de nuevas
    técnicas de producción que estaban escondidos,
    favorecen la salida de la crisis.

1848 hasta 1873 (periodo de
expansión):

  • Se identificó por la extensión del
    tamaño de las unidades industriales lo que
    consintió economías de nivel y
    especialización.

  • Se expandieron los mercados domésticos y se
    propulsó la exportación.

  • Las nuevas tecnologías de producción,
    asentadas ya no eran herramientas manuales de la etapa
    anterior sino en maquinaria industrial de gran porte y esto
    fue a la vez causa y resultado de este aumento formidable de
    los tamaños de las empresas.

  • Los negocios se caracterizaba por una
    dinámica competencia, con las prácticas
    más violentas y fuertes sin contemplaciones para el
    contrario.(se considero una época de oro para el
    capitalismo)

1890 y 1893 (crisis grave y global fue llamada la
gran depresión):

  • Los precios habían caído un 70% y la
    tasa de quiebra de empresas se había
    duplicado.

  • Nuevamente la quiebra de numerosas empresas con la
    consiguiente destrucción de capital fijo, una fuerte
    compresión del salario real en un período
    signado por sangrientos enfrentamientos entre las clases
    sociales.

1893 a 1929:

  • Se desarrolla la lucha entre las potencias
    industrializadas por asegurar colonias y mercados, lucha que
    culmina con la Primera Guerra Mundial.

  • Las empresas de mayor porte dejan de ser de alto
    porcentaje y esto acaciana que ya no sean dirigidas por sus
    propietarios y familiares y se crean los niveles gerenciales
    con una mayor profesionalización.

  • Se crean las líneas de producción con
    trabajo homogeneizado en sus niveles de
    capacitación.

  • La revolución tecnológica cambia la
    vida de las personas y la economía mundial: la
    electricidad mejorar la calidad de vida y brinda una fuente
    de energía segura y potente a las empresas, el
    transporte y las comunicaciones acercan el mundo, juntan
    nuevas zonas a la economía capitalista.

La gran crisis de 1929, iniciada en Estados Unidos se
extiende hasta 1941

La Gran Depresión fue, sin duda, la más
dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus
inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las
predicciones, los países capitalistas no se vieron
envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar
el desafío que representó esta crisis, el sistema
capitalista mostró una enorme capacidad de
adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de
ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en
sus economías para mitigar los inconvenientes y las
injusticias que crea el capitalismo.

La expansión iniciada en 1941 continuará
hasta 1973 y se le ha denominado la edad de oro del capitalismo
debido a su duración y a las tasas de incremento logradas.
Las empresas líderes obtienen una escala internacional y
la organización de las mismas es multinacional, pero
aún no globalizada y el desarrollo tecnológico se
apoya ahora fuertemente en la ciencia, crecen o se crean dentro
de las empresas, de los gobiernos y de las universidades,
áreas de investigación y desarrollo además,
la expansión del comercio internacional y más
aún la de la actividad financiera consigue límites
hasta entonces excluidos. Es la civilización del
automóvil, una industria dinámica que se expande a
un nivel sin precedentes en esta época.

1973 y 1980:

  • Comienzan a cambiar las condiciones del sistema
    económico mundial con el objetivo de lograr la
    recuperación de la rentabilidad de sus empresas,
    principalmente multinacionales.

  • Se busca aumentar los excedentes producidos en los
    procesos productivos de los países
    avanzados.

  • Elevación de la productividad por una
    profunda reconversión tecnológica.

A partir de 1992:

  • El mercado cedió lugar a la creciente
    planificación de las empresas y un abaratamiento del
    costo de las materias.

  • El petróleo, el precio de las materias primas
    no petroleras se recuperaron en la segunda mitad de la
    década del 80 luego de una prolongada
    reducción, para volver a disminuir en los
    90.

  • El principal objetivo de los países
    capitalistas consiste en garantizar un alto nivel de empleo
    al tiempo que se pretende mantener la estabilidad de los
    precios. Es, sin duda, un objetivo muy ambicioso pero, a la
    vista de la flexibilidad del sistema capitalista, no
    sólo resulta razonable sino, también,
    accesible.

  • En el período se produce la
    reincorporación de países desconectados del
    sistema capitalista, en forma brusca como en el caso de la ex
    Unión Soviética o gradualmente como en la
    modernización de China.

  • China es el único gran país que sigue
    teniendo un régimen marxista, aunque se empezaron a
    desarrollar medidas de liberalización y a abrir
    algunos mercados a la competencia exterior. Muchos
    países en vías de desarrollo, con tendencias
    marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora
    hacia sistemas económicos más o menos
    capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus
    problemas económicos.

La década de los 90:

  • Se liberaliza el flujo de capitales a niveles nunca
    antes alcanzados.

  • Las empresas multinacionales pasan a constituir la
    unidad básica de la economía mundial con los
    países compitiendo en el otorgamiento de incentivos y
    beneficios fiscales para atraer sus inversiones y el estado
    se aboca a destruir los elementos del estado de bienestar
    construido a lo largo de sucesivas conquistas
    sociales.

Modelo ampliado
de ciclos económicos

La dinámica del crecimiento:

La economía del sistema capitalista, a
contradicción de los sistemas que la antecedieron, muestra
una gran dinámica que sólo puede ser explicada
mediante modelos donde el canje en el tiempo tiene una gran
jerarquía

Las tendencias históricas se relacionan con las
trayectorias a lo largo del tiempo de las principales variables
que explican la creación de riqueza y su
distribución, de las cuales las principales son la tasa de
beneficio y de crecimiento. Para los economistas clásicos
el largo plazo es caracterizado como un dinámico y
turbulento proceso en el cual la movilidad de capital entre las
industrias tiende a ecualizar la tasa de ganancia entre los
diferentes sectores fundamentales, tal como hemos descripto en el
capítulo I de la sección, resultado fundamental
para el desarrollo de nuestro modelo.

Un modelo de ciclos económicos basado en la
tasa de beneficio

El capital constante y el pago de los salarios lo
realizan al final del período de producción por lo
que su tasa de beneficio es:

b= S/K (1)

Introduciendo la tasa de obtención de excedentes
y reordenando la ecuación:

bK=S=mwL (2)

Este progreso técnico lo podemos incorporar por
medio de las productividades laborales y del capital:

( = Y/L

( = Y/K

De dónde:

g=Y"/Y

L"/L=g-(

K"/K=g-( (3)

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Factores:

  • a) la destrucción de capital constante
    en épocas de crisis,

  • b) el aumento de la obtención de
    excedentes del trabajador por la extensión de la
    jornada o la intensificación del trabajo y

  • c) la disminución del salario
    real.

De la ecuación (7) surge que g es mayor que ( ya
que el primer término de la suma del miembro de la derecha
es positivo.

K"/K=g-(

K" es positivo, por lo que el modelo no refleja la
disminución de capital constante que ocurre durante las
crisis.

  • Normalmente esta tasa depende de la situación
    económica por lo cual varia con el tiempo.

  • Es constante ya sea porque el valor está en
    el mínimo aceptable para el riesgo del negocio o
    porque el empresario tiene otra alternativas de
    inversión.

Nota: Cuando deja de invertir el capital
disminuye al menos por depreciación y desgaste, por lo que
K"debe ser negativa en esos momentos.

Definiremos la tasa de variación de la
productividad del capital mediante una función
escalonada:

k"/k= ( con (<0 si br

k"/k= ( con (>0 si br (8)

Hemos definido la tasa de variación de la
productividad del capital a trazos en función de la tasa
de beneficio, siguiendo la dinámica real del
sistema.

El modelo caracteriza con sencillez el comportamiento de
la economía capitalista aún cuando no sea una
perfecta descripción de la compleja realidad del sistema.
Al igual que el modelo básico se basa en el comportamiento
de la tasa de beneficio, pero diferenciándose de los
planteamientos keynesianos no requiere una función de
inversión externa al esquema de reproducción del
capital, aunque sí utiliza una función escalonada
de la productividad del capital. Además mejora la
descripción de los ciclos y reproduce la tendencia secular
a la declinación que la teoría describe.

Uruguay:
economía primaria con industrialización sustitutiva
(1930-1973)

Introducción:

En 1931 asumió la presidencia
Gabriel Terra, quien dos años después exigió
la enmienda de la Constitución uruguaya para ampliar los
poderes presidenciales; ante las protestas que originaron sus
demandas, instauró una dictadura. En 1934, la Asamblea
redactó una nueva Constitución. Durante la
II Guerra Mundial, Uruguay rompió sus relaciones
diplomáticas, financieras y económicas con las
potencias del Eje. En 1945, el país fue uno de los
miembros fundadores de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).

Revolución de la pequeña burguesía,
como ha llamado la historiografía uruguaya a las reformas
lideradas por José Batlle y Ordoñez, luego
complementadas en las décadas del 30 y 40 y que dieran
lugar a una rápida industrialización basada en el
modelo de sustitución de importaciones.

La fase de crisis uruguaya de casi dos décadas
dará lugar, luego de fuertes enfrentamientos sociales, a
un "modelo proveedor de productos primarios y servicios
regionales" implementado gradualmente a partir de 1973, no sin
tanteos varios en distintas direcciones pero con una
visión común de eliminación del modelo
anterior de sustitución de importaciones, y fuertemente en
la década del 90.

Caracterización del capitalismo mundial en la
época.

En las democracias industrializadas de
Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el
capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La
Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a
la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el
siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx,
los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes
revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que
representó esta crisis, el sistema capitalista
mostró una enorme capacidad de adaptación y de
supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos
democráticos empezaron a intervenir en sus
economías para mitigar los inconvenientes y las
injusticias que crea el capitalismo.

Así, en Estados Unidos el New Deal
de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema
financiero para evitar que se repitiesen los movimientos
especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se
emprendieron acciones para fomentar la negociación
colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que
dificultaran la concentración del poder económico
en unas pocas grandes corporaciones industriales. El desarrollo
del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema
de la Seguridad Social y a la creación del seguro de
desempleo, que pretendían proteger a las personas de las
ineficiencias económicas inherentes al sistema
capitalista.

El acontecimiento más importante de la
historia reciente del capitalismo fue la publicación de la
obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo,
el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de
Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes
modificó en lo más profundo las ideas capitalistas,
creándose una nueva escuela de pensamiento
económico denominada keynesianismo.

Keynes demostró que un gobierno
puede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto,
sus impuestos y el control de la oferta monetaria para paliar, e
incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del
capitalismo: los ciclos de expansión y depresión.
Según Keynes, durante una depresión
económica el gobierno debe aumentar el gasto
público, aun a costa de incurrir en déficit
presupuestarios, para compensar la caída del gasto
privado. En una etapa de expansión económica, la
reacción debe ser la contraria si la expansión
está provocando movimientos especulativos e
inflacionistas.

La crisis de la economía
uruguaya:

El comercio exterior del país siguió
apoyado en los productos pecuarios y los lazos fundamentales de
subordinación del Uruguay a los países
desarrollados continuaron funcionando en las áreas
comerciales y financieras mientras que, si bien en las
productivas los capitales eran mayormente nacionales,
reforzó el condicionamiento tecnológico que
había existido desde los orígenes de su
incorporación a la economía mundial.

La crisis se profundizó a lo largo de los
años: a partir de 1962 las tasas de crecimiento del PBI
per cápita fueron negativas. La tasa de inversión
bruta se situó apenas por encima del 10%. La
inflación comenzó a crecer gradualmente hasta
llegar a valores superiores a los tres dígitos en 1968.
Las tasas de desempleo, a pesar de ser amortiguadas por una
fuerte migración que se inició en la primera mitad
de los años 60 y que involucró hasta 1975 al 11% de
la población total, alcanzaron valores del 8%
inédito para el país luego de la Segunda Guerra
Mundial.

La carencia de opciones laborales también
llevó a un crecimiento de las actividades no productivas:
hacia el final del período considerado más de la
mitad de la población económicamente activa del
Uruguay estaba vinculada a las actividades terciarias, con un
gran peso en cuanto a ocupación del sector público.
Cabe señalar que el sector agropecuario mostró una
baja y descendente importancia relativa como fuente de trabajo
debido al carácter extensivo de su
producción.

Como en otras grandes crisis del sistema capitalistas,
el mecanismo restaurador estará dado por la
disminución del salario real y de la composición
orgánica del capital: a partir de 1968 comienza a
desarrollarse un proceso de transformación de la
estructura política y del Estado cuya culminación
es el golpe militar de 1973, que posibilitaría una
política represiva. Con ello se propiciaba el advenimiento
de un reajuste en la base económica que incluyó una
reinserción internacional de la economía uruguaya,
en el marco de los cambios que desde los países
desarrollados se impulsaban para retomar la detenida
acumulación de capital, y la aparición de nuevos
grupos de poder dentro de la clase dominante, dando lugar a una
nueva fase de crecimiento y acumulación.

  • Síntesis de la
    Sección:

Una característica fundamental del sistema
económico en que vivimos es la continua ampliación
del alcance de su funcionamiento: por una parte expande la
producción de bienes y servicios, la cantidad y variedad
de los mismos, en las zonas donde el capitalismo ya está
insertado mientras que por otra, continuamente incorpora nuevas
zonas de economías atrasadas a su pujante sistema
económico.

Sin embargo este crecimiento no es lineal ni continuado:
repetidamente a escala mundial y nacional la economía
atraviesa por períodos donde la producción de
bienes se estanca o aún decrece, donde la
desocupación se incrementa, la pobreza se extiende, la
quiebra de empresas se generaliza, el crédito se detiene y
hasta las instituciones tambalean.

El hilo conductor del crecimiento es la búsqueda
de los empresarios de incrementar sus beneficios y más
específicamente su tasa de ganancia. Y en la medida que la
tasa se reduce cada vez es menos conveniente reinvertir en la
producción: llega un momento en que dadas las pocas
posibilidades de obtener un retorno para la inversión el
dinero se retiene en colocaciones bancarias o crece la
inversión financiera especulativa que es ahora más
rentable o se envía el capital al exterior en busca de
mayor rentabilidad o seguridad, por lo que desaparece la
inversión productiva. Cae la demanda de inversión y
con ella la de consumo, la disminución de la demanda, la
de inversión y la de consumo, provoca la pérdida de
rentabilidad de otras empresas que no estaban inicialmente
afectadas por la crisis, se produce una caída de los
precios y de los volúmenes comercializados que disminuye
los beneficios de estas industrias y aumentan la gravedad de la
crisis.

Los efectos de la crisis son variados pero todos ellos
restituyen rentabilidad a los negocios, lo que conduce a un nuevo
período de crecimiento: en el período de crisis los
empresarios no invierten, por lo que disminuye el capital
constante debido a la depreciación y mejora la
rentabilidad, dando lugar a la posibilidad de nueva
inversión. La nueva demanda de inversión provoca la
suba de la tasa de rentabilidad en otros sectores
industriales.

Los empresarios que sobreviven a la crisis y otros
nuevos que se incorporen desde el exterior comienzan un nuevo
período de expansión, motivado por la recuperada
rentabilidad a que lleva los cambios descritos, El modelo
matemático básico de la sección I es
ampliado ahora para incluir la dinámica de crecimiento y
crisis antes descripta, las ecuaciones diferenciales que lo
definen tienen en la tasa de beneficio el hilo
conductor.

Aunque la tendencia secular es a la baja, la tasa de
beneficio a largo plazo traza ciclos en su evolución que
son el origen de fases expansivas y fases depresivas de la
economía, en cada una de las cuales la tasa de ganancia
dibuja ciclo más corto y de menor altura.

En el modelo presentado la salida de la crisis se
produce por un aumento de la productividad del capital debido a
la depreciación de los medios de producción la
destrucción física del capital de las empresas que
van a la quiebra y la concentración y
centralización de empresas, todo lo cual comienza a
recuperar la tasa de beneficio de las empresas.

El rol del
Estado

El papel del Estado en el crecimiento
económico.

  • La relación entre la economía y el
    Estado

El papel sustancial del Estado en la sociedad actual es
el de asegurar la obtención de los beneficios de las
empresas, permitiendo la acumulación de capital por parte
de unas pocas personas (en comparación a la gran masa
trabajadora) y el conservarlo privadamente con tranquilidad. Como
estos beneficios deben ser constantemente ampliados por la
repetición del circuito de producción descrito en
capítulos anteriores, el Estado debe asegurar las
condiciones para que exista un crecimiento económico
suficiente para lograr este objetivo.

La economía capitalista basada en unidades
empresariales no coordinadas no se podría sostener sin las
actividades de protección, estimulación y
socialización que realiza el Estado.

El capitalismo, es un nuevo sistema en el que la
estructura económica no tiene acceso directo a los medios
de violencia para imponer una coerción directa de acuerdo
a sus intereses. En ese sentido en la sociedad actual existen una
dimensión económica y una dimensión
política que en determinados momentos de la vida de los
países pueden entrar en tensión. La sociedad
económica conforma un sistema en donde todos los elementos
se relacionan y producen resultados que no se pueden explicar en
forma aislada. Pero en la marcha normal del sistema y, más
aun en los momentos de crisis, el Estado interviene en la
organización social en representación de los grupos
dominantes económicamente.

La intervención del Estado ha crecido a lo largo
de la historia del capitalismo por la necesidad de favorecer la
reproducción de un sistema cada vez más complejo,
regulando mútiples esferas de actividad en cuanto ellas
fueran claves para el proceso de acumulación de
capital.

Para mejorar la rentabilidad empresarial el Estado se
encarga de realizar las obras de infraestructura necesarias para
la mejora de las técnicas de producción y la
gestión de comercialización, abaratando los costos
de suministros a las empresas permitiéndole una mayor
rentabilidad al transferirles recursos desde otros sectores
sociales. En muchos casos el Estado toma a su cargo la
investigación científica y los conocimientos
obtenidos son transferidos gratuitamente a los
empresarios.

El Estado en la sociedad capitalista no puede excederse
de ciertos límites, los empresarios nacionales o
transnacionales según el caso, poseen las herramientas
necesarias (control de la inversión, flujo de capitales,
etc.) como para bloquear cualquier intento de autonomía
del gobierno con respecto al mundo empresarial.

Factores que soportan el crecimiento
económico

La educación influye en dos niveles: la
educación general de los trabajadores y la más
restringida de científicos y profesionales universitarios.
Pero ambas se relacionan con el progreso técnico que es
adoptado e incentivado por los empresarios como manera de mejorar
sus beneficios. En ese sentido el progreso técnico es
endógeno al sistema económico, es interno al mismo
porque es la búsqueda de beneficios lo que motiva la
investigación y adopción de nuevos y mejores
métodos de producción y el desarrollo de nuevos
productos.

El desarrollo económico es, por lo tanto,
generador de un mayor nivel educativo general y de una mayor
investigación científica. Así que la
relación causal primera no es desde la educación
hacia el crecimiento sino desde el crecimiento hacia la
educación. Pero esta relación es de dos vías
ya que se complementa con la afirmación de que las
sociedades y países más educados son capaces de
acelerar el progreso tecnológico, logrando altas tasas de
crecimiento que lo distancian aún más de los
países con menores niveles educativos e
investigación científica.

Cabe mencionar la importancia que ha tenido la
división internacional del trabajo en la generación
del progreso tecnológico. La antigua división del
trabajo en que los países desarrollados producían y
exportaban la mayoría de las manufacturas mundiales y los
países en desarrollo se especializaban productivamente en
la producción y exportación de productos primarios,
materias primas y alimentos, ha ido cediendo lugar a una nueva
división de tareas en el plano internacional como
resultante de los nuevos sistemas tecnológicos y la
globalización.

La estructura del mercado es otro factor que se ha
mostrado correlacionado con el crecimiento. Por estructura de
mercado se entiende si existe libre competencia en él o si
la competencia está restringida por empresas con cierto
grado de monopolio. La correlación es positiva entre
competencia y crecimiento. El empresario en su búsqueda de
beneficios utiliza el progreso técnico para disminuir sus
costos.

En el corto y mediano plazo un país puede
protegerse de la competencia internacional con una variedad de
mecanismos: aranceles, cuotas y subsidios entre otros. Pero en el
largo plazo estos mecanismos se agotan y el encarar la
competencia internacional se transforma en una necesidad
impostergable.

Las políticas del Estado para el
crecimiento

El Estado tiene a través del manejo de las
políticas económicas la posibilidad de influir
sobre la generación de excedentes y sobre su
distribución.

Además el crecimiento económico se logra
cuando existen beneficios y se reinvierten, las políticas
que tiendan a aumentar el ahorro y la inversión y a
disminuir el consumo social improductivo favorecerán la
reproducción ampliada de la producción. En ese
sentido las políticas macroeconómicas son claves
para lograr el crecimiento productivo, las políticas
sectoriales pueden ser bien intencionadas pero inoperantes en un
marco inadecuado de política económica general. Las
políticas monetarias, cambiarias y fiscales deben ser
congruentes con el objetivo de crecimiento económico. Los
mayores beneficios se obtienen en sectores con mayor valor
agregado, debido a que al ocupar mayor cantidad de trabajadores
con las técnicas más actuales de producción,
se incrementa la cantidad de excedentes que se
generan.

Para que las industrias existentes puedan crecer en su
producción, reinvirtiendo sus beneficios, es necesario
expandir sus ventas a través de la sustitución de
importaciones en el caso de que empresas extranjeras estén
compitiendo en el mercado local o, no siendo excluyentes ambas
posibilidades, exportando a nuevos mercados. Además el
Estado influye con la política fiscal al menos de dos
maneras: por el monto de recaudación que implica y por la
redistribución que realiza.

Un rol del Estado que es muy fuerte en los países
desarrollados e igualmente débil en los países en
desarrollo es su contribución al progreso técnico y
por tanto al aumento de los excedentes (beneficios) a
través de un incremento de la productividad de la fuerza
de trabajo o por el desarrollo de productos con mayor valor
agregado. Son de gran importancia para el crecimiento
económico las políticas públicas destinadas
a desarrollar las capacidades de aprendizaje necesarias para la
imitación de tecnologías y la disminución de
la brecha tecnológica en los países en desarrollo y
para ensanchar las nuevas fronteras tecnológicas en los
países desarrollados.

  • Modelo específico para cada
    factor

La concentración de los excedentes en forma de
beneficios en las manos de un reducido grupo social, los
empresarios, crean condiciones para el masivo incremento en la
cantidad de fábricas, máquinas y medios de
transporte.

El cambio técnico es, por ende, endógeno
en la sociedad capitalista: no viene dado por una tasa externa al
sistema sino que es su propia dinámica que lo genera. Y el
cambio técnico es sesgado al ahorro de mano de
obra

Existen dos formas de categorizar el cambio
técnico endógeno: un enfoque lo trata como el
subproducto de la actividad de producción misma y se
corresponde con la forma de innovar; la otra categoría
corresponde a enfocar el cambio técnico como el resultado
de una actividad específica de investigación y
desarrollo que se denomina "sector R&D".

Cambio técnico endógeno con "learning
by doing"

En el modelo básico ampliado con cambio
técnico se definió la productividad del capital
como la relación entre la producción agregada y el
stock de capital constante:

k=Y/K (1)

La tasa de crecimiento de la productividad del capital
es (, con (<0, que en el desarrollo del modelo se supuso
constante:

k"/k=(

En forma similar para la productividad laboral, si la
tasa de crecimiento de esa productividad es ( con
(>0:

y=Y/L (2)

y"/y=(

Para considerar el proceso de "learning by doing" en la
productividad del trabajo, vemos que ésta crece no
solamente por la introducción de nuevas técnicas de
producción a una tasa dada, sino por el mismo hecho de la
acumulación de capital constante.

Monografias.com

Monografias.com

Esta expresión es positiva dado que ( es negativo
y ( es positiva. Por lo tanto, g es creciente en (, por lo cual
el efecto del aprendizaje por la experiencia es aumentar la tasa
de crecimiento. Este resultado es coherente con el hecho de que
refuerza la tendencia del sistema hacia el aumento de la
productividad del sistema, sin incrementar el capital
constante.

Similar tratamiento y resultados se obtienen al
considerar otra ventaja dinámica derivada del crecimiento
y fuertemente relacionada con la anterior, considerada de gran
relevancia por los economistas clásicos, cual es la
economía de escala. La mayor escala de producción
es causa y consecuencia del crecimiento económico, con
anterioridad se ha hecho referencia a las economías de
escala internas y externas a una empresa. La economía de
escala induce a cambios técnicos que implican un aumento
de productividad laboral. Por esto una manera de modelar su
influencia es considerando que la tasa de crecimiento de la
productividad es de la forma:

Monografias.com

Las ecuaciones básicas que describen el
movimiento del sistema son, de igual forma que en los modelos
anteriores:

Monografias.com

Ambas expresiones coincidirían si el factor (
fuera nulo. Cuando existen economías de escala, esto es
para valores positivos de (, el denominador del segundo
término de la expresión (14) disminuye y por lo
tanto la tasa de crecimiento es mayor que en ausencia de
economías de escala, como correctamente determinaron los
economistas clásicos.

Cambio técnico con un sector productor de
medios de producción

El estudio de la influencia en el crecimiento de una
economía de un sector especializado en innovar y promover
nuevas técnicas de producción a través de la
producción y comercialización de medios de
producción requiere extender el modelo básico a dos
sectores: uno es el productor de maquinarias responsable de las
actividades de investigación (sector 1 ) y desarrollo y el
productor de bienes de consumo(sector 2).

El sector 1 requiere de unidades de trabajo y un
inventario de capital constante formado por el valor de todos los
medios de producción que sobreviven al tiempo, el cual se
deprecia en ( años El sector produce bienes de capital por
un valor de los cuales son comprados por el empresario del sector
1.

El sector 2 requiere de unidades de trabajo y un capital
constante formado por el valor de todos los medios de
producción que sobreviven al tiempo , el cual se deprecia
en ( años; este produce bienes por un valor que son
consumidos por los trabajadores del sector 1 y del sector 2 de
acuerdo al costo salarial respectivamente, siendo el salario de
los trabajadores.

Los productos manufacturados son diferentes, las
industrias utilizan técnicas también diferentes y
por tanto es de esperar, con probabilidad casi unitaria, una
diferente composición orgánica en cada
rama.

Los empresarios reinvierten todas sus ganancias, o sea
que no consumen (o su consumo total es pequeño frente al
consumo total de los trabajadores por lo que se puede despreciar
en una primera instancia) y no hay otros sectores no productivos
que consuman el excedente generado en la
producción.

La tasa de crecimiento de una economía depende
entonces de la tasa de beneficio que obtienen los empresarios en
la misma más las tasas de crecimiento de la productividad
del capital y laboral ponderadas cada una de ellas por el peso
relativo de cada sector (medios de producción y bienes de
consumo) en el total de la economía.

La apertura comercial

Los empresarios compiten sobre la base de precios
relativos que son determinados por los costos reales de
producción. Es la posición competitiva del
país, medido por sus costos reales, la que determina sus
resultados en el comercio internacional.

Los términos de comercio se relacionan
fuertemente con el comportamiento de las tasas de
cambio.

Los flujos de capital en busca de inversiones rentables
provocan (al igual que en la economía cerrada) una
tendencia a igualizar las tasas de beneficio;los cuales no son
necesarios ni grandes flujos de capital para lograr este efecto
ni inversiones directas, alcanza con la movilidad de los
capitales financieros en pequeños flujos.

El precio relativo de dos mercaderías depende,
por lo tanto, de las relaciones de costos laborales y tasas de
beneficio promedios, considerando que el salario real no ha
sufrido cambios a lo largo del tiempo que ha insumido este
proceso iterativo. Cada tasa de beneficio verticalmente integrada
es un promedio ponderado de las tasas de beneficios de las
industrias que intervienen directa e indirectamente en su
producción, se encuentra que la dispersión de tasas
de beneficios promedios verticalmente integrada es
pequeña, lo cual hace que la relación de precios
entre dos mercaderías está dada, con buena
aproximación, por los costos laborales verticalmente
integrados.

Los precios internacionales relativos de los bienes
comercializables, que determina en el largo plazo la tasa de
cambio real, están regulados por los costos laborales
reales verticalmente integrados ajustados por el contenido
comercializable/no comercializable de la economía. Si el
grado de desarrollo capitalista de los países donde se
sitúan las empresas es muy diferente y si las empresas de
un país, en un sector, tienen menores costos debido a una
mayor productividad resultado de su mayor desarrollo
tecnológico, o tienen menores costos salariales debido al
nivel de vida de la población y a la tasa de cambio,
entonces un país podrá incrementar su
producción mientras que el otro disminuirá
concomitantemente la producción.

Una apertura comercial general o bilateral manteniendo
una tasa de cambio no competitiva, es decir no acorde a la
productividad y salarios del país, conduce a altos precios
relativos y pérdida de mercados, con las consecuencias
negativas que se derivan para la producción de bienes del
país.

La
economía primaria con servicios a la región
(1973-2000)

El objeto de este capítulo es el de ejemplificar
el rol del Estado en la acumulación de capital a
través de un análisis de políticas activa de
crecimiento del país, en el marco conceptual que se ha
desarrollado en las secciones previas: la búsqueda
permanente de rentabilidad es el motor del sistema capitalista,
la generación de excedentes y su reinversión son
los fundamentos del crecimiento del sistema.

Analizar políticas activas de crecimiento
significa reconocer que en el sistema económico actual el
Estado tiene un rol importante a jugar: asegurar las condiciones
para que exista un crecimiento suficiente para lograr el objetivo
privado de la acumulación de capital. Pero además
en todas las experiencias recientes de crecimiento
económico, el desarrollo de sectores claves de la
economía ha sido encarado mancomunadamente por el Estado y
las empresas privadas, incluso con un alto grado de
formalización en los organismos conductores del proceso en
cada sector y en los planes estratégicos para la
expansión de los mismos.

Caracterización del capitalismo mundial en la
época

La continúa disminución de la tasa de
beneficio de las empresas y el aumento del trabajo improductivo y
el consumo social, que significó el desarrollo del sector
servicios a la vez que se desaceleraba el desarrollo industrial,
disminuyeron la reinversión y el crecimiento.

El detonante de la crisis fue el shock petrolero del 73,
sin embargo no fue la causante ya que en los países
desarrollados la riqueza transferida a los países
petroleros ( en la mayoría de ellos a la elite gobernante)
a través de los mayores precios de los combustibles
retornó a través de préstamos canalizados
por los centros financieros del mundo industrial. Por otra parte,
no fue un hecho exógeno al sistema económico: la
caída del sistema monetario y las devaluaciones sucesivas
de la moneda norteamericana implicaron una importante
pérdida de riqueza de los países exportadores de
petróleo.

La década de los 90 es coincidentemente, pero no
por casualidad, la del avance de la globalización que
define un nuevo perfil en el sistema económico mundial. El
progreso de las fuerzas productivas debido al avance de la
tecnología impulsada por el desarrollo de la
informática y las comunicaciones con sus nuevas escalas de
producción y posibilidades de fragmentación
geográfica de los procesos. Se refuerza la apertura
comercial, se forman espacios económicos supranacionales
de evidente regionalización, se liberaliza el flujo de
capitales a niveles nunca antes alcanzados a tal punto que la
esfera financiera se disocia ( y supera en creces) al movimiento
comercial. Las empresas multinacionales pasan a constituir la
unidad básica de la economía mundial con los
países compitiendo en el otorgamiento de incentivos y
beneficios fiscales para atraer sus inversiones y el Estado se
aboca a destruir (o al menos a disminuir donde no le es posible
eliminar) los elementos del Estado de Bienestar construido a lo
largo de décadas por sucesivas conquistas sociales. Las
empresas públicas que pueden ser rentables comienzan a ser
adquiridas por por el capital extranjero multinacional en
asociación (menor) con empresarios locales.

El proceso económico reciente en
Uruguay

El período dictatorial iniciado en 1973, pero
antecedido por una creciente represión de los sectores
populares al incrementarse la lucha de clases, significó
la toma de medidas para recuperar la tasa de beneficio de las
empresas y la reinserción de Uruguay en la nueva
división del trabajo que se estaba poniendo en marcha como
reacción del capitalismo a la fase recesiva de la crisis
general, tal como describiéramos en el apartado anterior
que caracterizaba el capitalismo a escala global en el
período.

La economía uruguaya es de base capitalista, con
instituciones y prácticas que se caracterizan por un bajo
nivel de corrupción, libertad de empresa sin
discriminación entre nacionales y extranjeros,
funcionamiento razonable del Poder Judicial con protección
de la propiedad privada y del cumplimiento de los
contratos.

Uruguay concretó una apertura comercial, gradual
en las décadas de los 70 y 80 y rápida en los 90,
desmantelando el proteccionismo derivado de la fase de
sustitución de importaciones: en 1989 las tarifas sobre
las importaciones variaban entre un máximo del 40% y un
mínimo del 10% (algunos bienes de capital y productos
intermedios estaban exentos de recargos.) Desde 1990, el Gobierno
comenzó a reducir estas tarifas: en enero de 1995 las
tarifas sobre las materias primas que no se producen internamente
se habían fijado en un entorno del 2-6%, las tarifas sobre
bienes intermedios en un 8-16% y las tarifas sobre bienes al
consumo en un 10-20%. Lo que es más importante, el
Gobierno redujo sustancialmente las barreras no arancelarias,
incluyendo los precios de referencia y los precios mínimos
de importación sobre los que se aplican las
tarifas.

Complementariamente Uruguay firmó acuerdos de
libre comercio con países claves como destino de la
exportación de sus productos: fundó con Argentina,
Paraguay y Brasil el MERCOSUR, un acuerdo de integración
que se propuso una amplia liberalización del comercio
intrarregional y la adopción de políticas
comerciales comunes, sustituyendo una serie de acuerdos
preferenciales entre sus miembros por una unión aduanera
(Uruguay tenía convenios vigentes desde la década
del 70 con Argentina (CAUCE) y Brasil (PEC).)

La política económica de la década
de los 90, diseñada para reducir la inflación,
utilizó un ancla cambiaria con el dólar en un
sistema de "crawling peg": como consecuencia implicó la
suba de los costos en dólares para las empresas
sólo parcialmente compensada por un alto aumento de la
productividad laboral en la industria, encareciendo la
producción nacional y reduciendo la competitividad
exportadora del país.

La lucha contra la inflación, elemento esencial
para el cálculo empresarial y la atracción de
inversiones, no logró un éxito sostenido hasta la
década del 90 con la implementación del mencionado
Plan de Estabilización. Uruguay, un país de
inflación crónica moderada desde fines de los 50,
sufrió un proceso de aceleración inflacionaria en
el bienio 1989-90 llegando la tasa a un máximo absoluto de
133% en el año terminado en enero de 1991.

El déficit fiscal se redujo tendencialmente con
relación al PBI entre 1985 y 1998, pero la mayor causa de
esta reducción no fue la disminución del gasto
público que intentaron las medidas antes descriptas (de
hecho el gasto aumentó en esos años por las
transferencias a la seguridad social) sino el persistente
incremento de la recaudación tributaria por la mayor
actividad económica, por el aumento de la presión
impositiva aplicado mediante sendos ajustes fiscales y por la
renegociación del servicio de la deuda externa, en el
marco del Plan Brady, obteniéndose la
reestructuración y reducción de los saldos
adeudados.

Se fomentó la inversión extranjera, al
igual que en los casos analizados pero con mucha menor
intensidad, mediante la Ley de Inversiones de 1988 y
regímenes especiales para el sector turístico
(hotelería y complejos), forestación,
vitivinicultura y riego, además de la adopción del
marco legal para la creación de Zonas Francas.

La década de los 90 significó un
crecimiento económico en tasas que Uruguay no alcanzaba
desde la época de sustitución de importaciones en
los 40: en el período 1985-2000 el PBI se
incrementó a una tasa promedio del 3,1% anual. Dicho
crecimiento se dio en un marco de reestructuración
productiva en el contexto de la integración regional en el
Mercosur y con la profundización de la apertura comercial
(los aranceles aduaneros se redujeron aceleradamente y se
hicieron nulos al interior de la unión
aduaner).

En el sector industrial las empresas transnacionales
realizaron una vasta compra de empresas, pero la apertura
comercial unida a la pequeña escala del mercado frente a
las necesarias en las nuevas tecnologías de
producción y los altos costos internos en dólares
hicieron aconsejable (particularmente luego de la
devaluación del real) el cierre de las plantas
industriales, con la utilización de la marca y de los
canales de distribución importando los productos desde sus
plantas en Brasil y Argentina.

La reestructuración industrial de la
década del 90 implicó la reducción de la ya
escasa producción de bienes de capital, maquinaria
agrícola, vehículos e instrumental
científico, incrementándose la importación
de esos bienes. Entre 1990 y 1995 el déficit comercial en
estas ramas industriales claves para el desarrollo capitalista se
duplicó, pasando de –437 millones de dólares
a –975 millones, a la vez que que se incrementaba la
producción y exportación de alimentos.

El crecimiento económico alcanzado hasta 1998
respondió en buena parte a las condiciones
económicas de la región a la cual Uruguay pertenece
geográfica e histéricamente, el cono sur, y con la
que estrechó sus lazos comerciales en los últimos
años: "el proceso de apertura con su disminución de
aranceles y todos los acuerdos comerciales firmados y
profundizados por Uruguay en el período, han producido
incrementos en las exportaciones e importaciones debido a razones
diferentes que los movimientos de la tasa de cambio real. Al
mismo tiempo la política económica aplicada por los
vecinos de Uruguay y sus más importantes socios
comerciales, el "Plan de Convertibilidad"en Argentina y el "Plan
Real"en Brasil, hicieron que se apreciaran sus monedas y ayudaron
a Uruguay a mantener su nivel de competitividad con
relación a ellos en la mayor parte del período bajo
estudio"

El rol del Estado uruguayo

Uruguay al igual que Irlanda, Chile y Nueva Zelanda
logró cifras importantes de crecimiento en el
período 1985-2000, elevadas cuando se compara con la
historia económica del país. Sin embargo el
crecimiento del PBI fue significativamente menor que el obtenido
por Irlanda y Chile y similar al registrado en Nueva Zelanda.
Más decisivamente, a pesar de la situación recesiva
internacional que ha provocado un enlentecimiento del crecimiento
en los tres países estudiados, ninguno de ellos ha sufrido
una crisis tan profunda como la que hoy exhibe Uruguay: por el
contrario las tasas de crecimiento aunque disminuidas se
mantienen en valores positivos.

Uruguay en forma similar a los casos estudiados
propició un "correcto" ambiente de negocios a
través de la legislación y la estricta
separación de poderes, mediante la represión
primero y la tercerización después el salario real
fue abatido en forma drástica en el momento inicial y
luego creció lentamente y en menor medida que la
productividad, se realizó una apertura comercial
complementada con acuerdos de libre comercio con países
importantes como destino de sus exportaciones.

¿Cuáles fueron las consecuencias de estas
similitudes y diferencias, analizando el rol del Estado, a la luz
de los casos analizados y de la teoría
clásica?

La primera, que lo asemeja al caso de Nueva Zelanda y
difiere un poco del de Chile y aún más de Irlanda,
es que consolidó la inserción internacional del
país en la nueva división internacional del trabajo
como un proveedor de materias primas y productos alimenticios,
complementado en el ámbito regional con el papel de
proveedor de servicios (en especial turísticos y
financieros, últimamente y con éxito que perdura de
informática.).Por lo segundo depende de la
situación de las inestables economías regionales,
en especial la de Argentina con la cuál es similar en su
producción exportable por lo que de existir problemas con
la colocación o los precios de los productos primarios, el
efecto se verá potenciado por la caída de los
servicios dirigidos a los vecinos rioplatenses. Por último
se produjo un proceso de desindustrialización con
restitución de importaciones, reduciendo y desarticulando
el ya escaso e inconexo tejido industrial, beneficiando a los
sectores comerciales (a los capitales importadores, en especial)
y financiero.

Para un crecimiento sostenible es necesario generar un
incremento de los excedentes que se reflejan en mayor ahorro
interno con relación al PBI. La inversión de estos
ahorros complementados con la inversión extranjera directa
es crucial para el crecimiento. El elevado tipo de cambio
contribuyó a disminuir la rentabilidad de las empresas
volcadas a la exportación o con productos competitivos con
la importación, especialmente una vez que las monedas de
los países vecinos se devaluaron.

En último lugar, para lograr el crecimiento
económico es necesario contar con sectores donde invertir
con rentabilidad. Mientras que algunos sectores tradicionales
crecieron a la par que otros se estancaban, el desarrollo de
nuevos polos de crecimiento fue escaso y se agotó en la
medida que la inversión en capital constante creó
una capacidad que excedió las posibilidades de la demanda
externa e interna.

En el ámbito macroeconómico, el modelo de
exportación de productos primarios y servicios regionales
ha sido aplicado con políticas inconsistentes si la
finalidad era crecer en forma sostenible mediante la
exportación: se mantuvo un alto tipo de cambio (aún
después de la devaluación brasileña) a la
vez que se procesaba una apertura comercial implementada
rápidamente, manteniéndose alto el consumo social
sustentado en el ingreso de capitales mayormente especulativos,
con escaso soporte del Estado en el desarrollo de infraestructura
y capacidades tecnológicas a las actividades generadoras
de riqueza y en especial a los sectores exportadores, a la vez
que se mantuvo un alto déficit fiscal y de cuenta
corriente.

Con relación al soporte del Estado en el
desarrollo tecnológico, tres graves debilidades ha
presentado el sistema de innovación uruguayo: en primer
lugar, el retiro del Estado de un área clave como la
tecnológica se manifiestó en la inexistencia de una
política de ciencia, tecnología e innovación
(CTI) ordenada y enmarcada dentro de un plan estratégico
de mediano y largo plazo.

Los recursos dedicados a la inversión en ciencia
y tecnología en Uruguay fueron sumamente bajos, como lo
muestra la comparación de los gastos en
investigación y desarrollo con la región y con el
mundo desarrollado. Uruguay gastó 0,23% de su PBI en 1998
en actividades de ciencia y tecnología en
comparación con 0,53% del promedio de América
Latina y de 2 a 3% en los países europeos y Estados
Unidos.

La actuación del Estado en la promoción y
coordinación de actividades de investigación y
desarrollo, en especial la dirigida a los sectores tradicionales
o nuevos donde Uruguay podía crecer con rentabilidad, fue
prácticamente existente o peor aún, se
dirigió a desmantelar las escasas instituciones dedicadas
a tal fin por la vía de su disolución o la
restricción de los recursos a ellas asignados.

El Estado uruguayo en la década de los 90
cumplió con su rol sustancial en la economía
capitalista que describiremos al comienzo de esta sección:
un entorno social e institucional que favorezca la existencia de
excedentes y posibilite su apropiación por el empresario.
Sin embargo, debido a errores de política y al balance de
fuerzas entre los distintos sectores capitalistas, fue mayor su
capacidad en asegurar lo segundo que en lograr lo primero en
forma sostenible, logrando resultados en el corto plazo
sacrificando las posibilidades de desarrollo en el largo, por lo
que el sistema económico desembocó en una profunda
crisis al fin del milenio.

  • Síntesis de la
    Sección

La intervención del Estado ha crecido a lo largo
de la historia del capitalismo por la necesidad de favorecer la
reproducción de un sistema cada vez más complejo.
Así al papel sustancial del Estado de asegurar la
obtención de los beneficios por las empresas, permitiendo
la acumulación de capital por parte de unas pocas personas
(en comparación a la gran masa trabajadora) y el
conservarlo privadamente con tranquilidad, se ha agregado el
asegurar las condiciones para que exista un crecimiento
económico suficiente para lograr la reproducción
ampliada del capital.

La internalización del capital, la competencia
creciente por los mercados internacionales debido a las
necesidades de reproducción constante del capital, el
creciente costo de investigación, desarrollo y
adopción de nuevas tecnologías, las grandes obras
de infraestructura, la competencia internacional y la necesidad
de expandir los mercados, la creciente escasez de recursos
estratégicos, la incrementada complejidad de
preparación de la fuerza de trabajo explican la
complejidad del sistema que hace necesaria un rol cada vez
más activo del Estado.

De aquí se deduce que la forma en que el Estado
conduce los procesos de apertura comercial es clave para el
crecimiento en el largo plazo. Políticas comerciales
exitosas requieren de análisis estructurales de la
competencia internacional y de los mercados mundiales.

Podemos concretar dos conclusiones acerca de las
estrategias de crecimiento económico exitosas que se
extraen de las tres experiencias analizadas, conclusiones que son
propias del modelo teórico clásico: la
disminución de los costos laborales unitarios (que
relaciona salarios, tipo de cambio y productividad) y del consumo
social permitió el aumento de la generación de
excedentes y liberó una mayor proporción de los
mismos para el ahorro y la inversión. La estrategia de
expansión de las exportaciones, ampliando mercados que
permitieran alcanzar una mayor especialización y
economía de escala que la que el tamaño del mercado
interno dificultaba, logró desarrollar sectores rentables
donde invertir el ahorro interno y el de las empresas
transnacionales atraídas por las ventajas ofrecidas en
estos países, ya sea la dotación de recursos
naturales o la de mano de obra calificada o el bajo costo
relativo de la mano de obra o el acceso a mercados o varios de
estos factores a la vez, potenciado por las ventajas fiscales que
se otorgaron.

Con la profundización del modelo y el fuerte
ingreso de capitales. Uruguay logró un importante
crecimiento económico entre 1990 y 1998 (pero aún
menor al de Chile e Irlanda y similar a Nueva Zelanda) para luego
ingresar en una larga recesión que se transformó en
una grave crisis en el año 2002, con cifras record de
caída del PBI, desocupación, salida de capitales y
corridas bancarias. Esto implicó el retroceso en el
producto generado por el país a valores de 1990 y que lo
ubica, promediando la tasa de crecimiento en los últimos
20 años, en el puesto 137 entre 178 naciones.

El modelo de acumulación que la dictadura militar
y los gobiernos que le sucedieron implementaron en Uruguay tiene
características similares a las descriptas en los casos
presentados pero presenta fuertes diferencias en aspectos claves
que explican los disímiles resultados
alcanzados.

La política económica consolidó la
inserción internacional del país en la nueva
división internacional del trabajo como un proveedor de
materias primas y productos alimenticios, complementado en el
ámbito regional con el papel de proveedor de servicios (en
especial turísticos y financieros.)

La crisis de fin de milenio (y la profundidad que
alcanza) se produce por la confluencia de tres
fenómenos:

  • La dinámica del sistema económico: la
    fase de crecimiento de la década de los 90 se
    agotó en la medida que la inversión en sectores
    rentables creó un exceso de capacidad y de capital
    constante a la par que caía la rentabilidad,
    fenómeno transitoriamente disimulado por la
    creación del Mercosur y los planes de
    estabilización que sobrevaluaron las monedas de los
    países vecinos.

  • Los shocks de demanda externa provocados por la
    devaluación brasilera, la crisis argentina y la
    reaparición de la aftosa entre las principales
    causas.

  • La política económica del
    período contribuyó a agravar la crisis, al
    disminuir la rentabilidad de las empresas productivas,
    privilegiar el sistema financiero, estimular el consumo
    social improductivo y no respaldar adecuadamente el proceso
    de crecimiento.

La teoría
del crecimiento económico, sus causas y sus
crisis

En el sistema económico en que vivimos, el modo
de producción capitalista que emergiera desde la
época feudal y se consolidara en su fase industrial a
partir del siglo XVII, la producción de bienes y servicios
ha sido creciente en el largo plazo y motivada por la
búsqueda de beneficio de los empresarios, quienes producen
mercaderías a partir de otras mercaderías (materias
primas, maquinarias y fuerza de trabajo) que luego
comercializan.

El sistema económico se estructura sobre la base
de una clase trabajadora que vende su fuerza de trabajo, a cambio
de un salario, a un pequeño grupo de la sociedad
propietario de los medios para producir. Este pequeño
grupo se apropia bajo la forma de beneficio o utilidades del
excedente generado por el trabajo de aquellos a quienes contrata,
dicho excedente es la diferencia entre el valor de lo que el
trabajador produce y el salario que se le paga.

El crecimiento económico surge de la
aplicación de los beneficios obtenidos a nuevas
inversiones en compra de maquinarias, materias primas y fuerza de
trabajo, repitiendo en forma incrementada el proceso de
producción en su sector o incursionando en otros sectores
que aparecen como más rentables en ese momento. De
aquí se deducen dos condiciones necesarias para el
crecimiento económico y positivamente correlacionado con
él: la existencia de excedentes en la economía y de
sectores en donde invertir. En otras palabras rentabilidad y
oportunidades de inversión productiva.

Una característica fundamental del sistema
económico en que vivimos es la continua ampliación
del alcance de su funcionamiento: por una parte expande la
producción de bienes y servicios, la cantidad y variedad
de los mismos, en las zonas donde el capitalismo ya está
insertado mientras que por otra, continuamente incorpora nuevas
zonas de economías atrasadas a su pujante sistema
económico. Históricamente se puede hablar con
propiedad de crecimiento económico cuando el sistema
feudal deja lugar a la nueva economía
capitalista.

Partes: 1, 2, 3
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